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Carta de un padre a la ministra de educación

Concertada es libertad

lazo

Respetada Ministra Celaá. Soy padre de tres hijos en edad escolar y he elegido un colegio concertado para su educación. El mismo colegio concertado al que yo fui y al que debo tanto. Soy también ingeniero, formado excelentemente en la universidad pública, con la que también me siento muy en deuda. Pero a quien más le debo es a mis padres, por haber elegido siempre lo mejor para mí cuando tuvieron que hacerlo, dentro de las opciones y limitaciones que tenían. Y eso ha sido así porque pudieron elegir, porque tenían la libertad de hacerlo. Yo hoy también quiero poder emular a mis padres y elegir lo mejor para mis hijos, para que el día de mañana ellos también puedan elegir lo mejor para sí mismos. Debe entender que el proyecto más ilusionante para un padre, es la educación de sus hijos. Arrebatarnos la libertad de poder elegir qué educación dar a nuestros hijos, en favor del Estado y pasándonos el rodillo por encima, es desilusionante para muchos de nosotros, amantes de la libertad, especialmente en lo más importante de nuestras vidas: nuestros hijos.

Ministra Celaá, le pido que sea valiente. Le pido que no sea la marioneta de aquellos que quieren arrebatarnos nuestra libertad. Retire la LOMLOE y empiece si quiere de nuevo, con un enfoque integrador, despojado de ideología, que aporte soluciones a los problemas reales de la educación en nuestro país. Apúntese ese tanto. Usted sabe mejor que nadie que la concertada no es un problema, sino más bien un modelo de educación del que bien podríamos presumir fuera de nuestras fronteras por ser accesible a ricos y pobres, por garantizar la libertad de elección de los ciudadanos, por ser eficiente en cuanto a empleo de recursos públicos, por ser plural y, sobre todo, por ser un modelo querido y elegido por muchos millones de padres que sólo queremos lo mejor para nuestros hijos, de la misma manera que lo hacen aquellos padres que eligen, también libremente, un centro público o uno privado.

Firmado: Miguel